30 julio 2017

El día que me encontré con su foto y su presencia

Ya tenía días preguntándome como era posible que viviendo en una ciudad tan pequeña como lo es Tijuana, después de 8 meses, no me hubiese encontrado con su presencia, y no es que lo anduviese pensando demasiado, sólo resultaba, hasta cierto punto, preocupante que de él ni sus luces.

Y como invocación satánica, que me encuentro con una foto, una foto de los dos, una foto donde me veía feliz a su lado, con flats, pero feliz.

B, ¿alguna vez creíste que dejaría de amarlo? —pregunté con foto en mano.
—Honestamente, no. —me dijo con cierto alivio —Estabas toda loca por él.


Era verdad, yo había jurado que sería el padre de los hijos que no pienso tener, que su sonrisa sería la que iluminaría mis días, y sus abrazos los que le darían calor a mi vida, era una cursi, era una loca, era una cursi-loca, y esas son la piores'.

En ese momento sólo pude reír ante el recuerdo de mi locura por V1, recordé como lo veía chulo de bonito, gracioso como nadie en este mundo, con la sapiencia justa que necesitaba mi yo de los 18.

Pero la vida es canija, y si ya medio escarbaste, lo más lógico es que los restos terminen dejándose ver, con esto quiero decir que la foto no venía sola, la foto venía en paquetaxo, trayendo su presencia en el lugar menos esperado, en un lugar que jamás visitamos, por lo menos, no juntos.

El fin de semana pasado, me lo encontré, con su 1.80 metros de altura, la misma gorra de kiddo que siempre había odiado y "su amiga especial" de siempre, a quien también había odiado; y ahí estaba yo, a menos de 2 metros de él, esperando escuchar a Van Morrison desde lejos cantando "Someone like you" para reducir esa distancia a menos de un milímetro, pero no, nada de esos clichés que siempre había imaginado sucedieron, para empezar, mi corazón no salto de emoción al verlo, así que no pude evitar preguntarme.

¿A dónde se fue el amor que tanto le había jurado?

Pensé en saludar, por cortesía, pero supuse que si él hubiese querido decir hola, esta historia sería diferente, probablemente les hablaría de cuando un Voldemort te grita, delante de medio Playas de Tijuana, que fuiste una maldita con él y su corazón.

Debo confesar que quedé un poco pasmada, es que cuando uno anda enamorado, cuando pasa cosas significativas con una persona, no piensa en el final, aunque sabe que eso puede suceder tarde o temprano, pero es normal, o mejor dicho, es común andarse haciendo el loco, el tonto enamorado y luego cortándose las venas porque no existirá nadie más con quien compartir cosas tan significativas; pero no es tan común el decir, o por lo menos sólo lo he escuchado de 1 persona, "ya no siento nada por él/ella" cuando su vida amorosa se encuentra en una especie de stand by.

—Gaby, me encontré a Voldemort —me dijo A al otro lado de la línea, hace aproximadamente unos tres meses.
—¿Al tuyo o al mí?
—Al mío.
—¿Al 1 o al 2? —yo sabía que se refería al 2, pero en casos así más vale corroborar.
—Al 2.
— ¿Y? ¿Qué pasó? —aunque su V2 era un cabrón como sólo él podía, hasta antes de conocer a Bob el constructor, él había sido mi gallo.
—¡Fue súper de telenovela! Era de noche, estaba lloviendo, iba caminando por solo por la calle, y él venía de frente, todo era perfecto para ser un cliché romántico...
—¿YYYYYY?
—Nada, seguí caminando.
Ahí lo supe, A le había dicho adiós para siempre a ese cruel tormento.


Al contar mi historia a mis amigos cercanos, quedaron sorprendidos al escuchar que no corrí tras sus brazos, pero sólo me di cuenta que no tenía caso hacerlo, ya no sentía nada, y saludar por cortesía no tenía caso, crear un contacto con él sería una especie de retroceso para mí, inclusive para él; en este momento mi vida no es la misma que hace 8 meses, y me gusta como se ha ido tornando, La Gaby de la actualidad maneja.

Nos vemos en el próximo post

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