Recuerdo la primera vez que me mudé, no como si fuese ayer, porque de eso han pasado dos años, pero recuerdo exactamente lo que estaba viviendo y las situaciones que me hicieron decidir mudarme, y a su vez, recuerdo las razones que me hicieron volver.
Cuando me mudé, bueno, cuando tomé la decisión de mudarme, las cosas en casa se habían tornado tan agobiantes que necesitaba escapar de ahí, no por cobarde (como muchas veces lo pensé), sino por paz mental, y me funcionó bastante bien, al menos por un rato, porque volví.
Volví porque fue la salida fácil, porque quería casarme y vivir con V1, y para eso necesitaba una especie de puerto, un lugar donde pudiese estabilizarme económicamente, en teoría sonaba bonito, pero al llevarlo a la práctica no fue así, en primera porque me tocó lidiar con el estigma de "mírala, se fue y ahora vuelve arrepentida" de parte de toda la familia de mi mamá, lo cual no hizo mi regreso nada agradable, y mucho menos cuando mi tiempo de reflexión, a la hora de dormir, lo llevaba a cabo en el sillón de la sala, escuchando que debería dormir en el patio con el perro porque eso era lo que merecía después de mis acciones (no hard feelings).
Con el tiempo, las cosas cambiaron, en menos de dos meses dejé a V1, me di cuenta que no podía, y sobre todo, no quería dar los pasos que habíamos acordado, no en ese momento, no con él; después obtuve un cuarto, bastante espacioso, y mis planes de irme se fueron a la parte de atrás de cualquier plan que tuviese en mente. Las cosas en casa siguieron igual (nunca nos hemos jactado de ser la familia perfecta), hasta hace unos meses, con mi cambio de trabajo, comencé a convivir más con mi mamá a interesarme por sus cosas, y ella por las mías, pero el drama siempre está a la vuelta de la esquina, y no todo puede ser maravilloso.
Hace unas semanas, después de un día agotador en el trabajo, al llegar a casa, las cosas comenzaron a ser como aquella primera vez que me había ido de casa de mi mamá, haciéndome reconsiderar mis planes de vida, por así decirlo. Durante todo un fin de semana, me puse a analizar los pros y contras de seguir en la misma situación, las cosas en el trabajo no iban a cambiar, muy probablemente se pondrían peor, y está bien, es difícil que la carga de trabajo en una agencia disminuya, lo entiendo totalmente, también entendía que las cosas en casa tampoco cambiarían, y no sé ustedes, pero después de un día largo de trabajo, lo que más deseo es llegar a un lugar al que pueda llamar hogar, llamar mío, y la casa de mi mamá jamás la había sentido así, por lo tanto, un martes, después de guardarme todo lo que sentía y comportarme ante la sociedad, hablé con HC y me puse a chillar, así sin más, y supe que debía hacer algo, no podía seguir así, en el mismo lugar, viviendo la misma situación, igual y esto no estaba siendo tan crítico, pero no iba a esperar a que se pusiera peor.
—Ya me lo imaginaba, y está bien si eso quieres, ya estás en edad, y si te sientes lo suficientemente grande para hacerlo, adelante. Sólo toma en cuenta que aquí no es hotel, y a esta casa no vuelves —me dijo en un tono hostil, después de decirle que me iba, era de esperarse. Hace unas semanas, después de un día agotador en el trabajo, al llegar a casa, las cosas comenzaron a ser como aquella primera vez que me había ido de casa de mi mamá, haciéndome reconsiderar mis planes de vida, por así decirlo. Durante todo un fin de semana, me puse a analizar los pros y contras de seguir en la misma situación, las cosas en el trabajo no iban a cambiar, muy probablemente se pondrían peor, y está bien, es difícil que la carga de trabajo en una agencia disminuya, lo entiendo totalmente, también entendía que las cosas en casa tampoco cambiarían, y no sé ustedes, pero después de un día largo de trabajo, lo que más deseo es llegar a un lugar al que pueda llamar hogar, llamar mío, y la casa de mi mamá jamás la había sentido así, por lo tanto, un martes, después de guardarme todo lo que sentía y comportarme ante la sociedad, hablé con HC y me puse a chillar, así sin más, y supe que debía hacer algo, no podía seguir así, en el mismo lugar, viviendo la misma situación, igual y esto no estaba siendo tan crítico, pero no iba a esperar a que se pusiera peor.
Este fin de semana, por segunda vez, me mudé, y fue una friega enorme (tengo un millón de cosas), entre mover, comprar y limpiar, se me fue mi día de descanso, y la casa aún no queda.
Llevo tres días durmiendo en un nuevo lugar, y está siendo una experiencia totalmente diferente a la primera vez.
Vuelvo a vivir con un roomie, específicamente con B. Esta vez elegí con más cuidado, esta vez estoy con una persona de mi entera confianza, esta vez la casa es más grande, esta vez estoy mejor económicamente, esta vez no lloré al día siguiente de mudarme, esta vez levanté mis brazos y me sentí libre, apoyada por gente que menos esperaba (si quieres saber quien es tu verdadero amigo, pide que te ayuden a mudarte).
Y esto debe tener una conclusión, una buena, así que finalizo diciendo:
Es natural buscar tu propio espacio. No tiene nada de malo decidir que tú y tu familia no cuadran en el mismo lugar, no está mal decidir tomar tu propio camino.
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