Aunque pudiera parecerlo, no fue la ropa ochentera la que me
hizo darme cuenta de que acababa de convertirme en mi mamá, pero claro, el
denim y mi tendencia a lucir prendas ceñidas un poco más arriba de la cintura
lo hicieron más evidente.
—Creo que me estoy convirtiendo en mi mamá. —le dije a B
mientras recogía los platos después de desayunar.
—Lo sé, — dijo tan tranquilo —me pasa lo mismo.
Y no es que los ojos se me hubiesen vuelto de color verde o
que mi piel se hubiese aclarado 5 tonos, simplemente mi “nueva” forma de actuar
me estaba convirtiendo en ella, y bien lo dicen: “lo que te choca, te checa”.
¿O sea que te choca tu mamá?
Digamos que ella y yo, antes de vivir sola, diferíamos mucho;
recuerdo sus regaños constantes donde escuchaba la clásica frase:
¡Eres igualita a tu hermana!
Ésta, evidentemente, me enervaba, yo que andaba creyéndome
única y especial, y mi madre diciéndome que tan sólo era un mini clon de mi
hermana y sus (malas) acciones.
Y aunque el año pasado, el día de las madres para ser exacta, comencé a caer en cuenta que gracias a ella era todo lo que era (sí,
hasta mis 23, más vale tarde que nunca), y para bien o para mal, yo estaba requete
contenta de mi forma de ser, la distancia (no kilométrica) me hizo saber que no
era tan original como siempre me había creído, pero tampoco era igual a mi
hermana, como mi mamá lo creía.
La semana pasada, me levanté toda juiciosa a preparar el
desayuno, pero no pude hacerlo, primero porque los trastes no estaban lavados,
luego porque al piso le hacía falta una trapeada, y si ya había trapeado la
cocina, pues bien podía pasarme a la sala, al baño y de paso el estudio, todo
esto mientras tenía ropa en la lavadora, fue hasta las 11:00 AM que me puse a
hacer desayuno, el cual me comí hasta 12:00 PM, porque me puse acomodar las
cosas que había utilizado, y es que algo en mí me impedía sentarme, una voz en
mi cabeza decía.
“Antes de desayunar la casa debe estar limpia”
¿Qué de dónde nace esta forma ser tan ideática?
De mi Santa Madre.
El estar alejada de mi mamá, sólo ha sacado a relucir
acciones y frases tan de ellas que ahora son tan mías, más que nada en cosas de
limpieza y orden, no es que en casa de ella fuese demasiado desordenada, sólo
que al verla como SU casa y no como MÍA, me importaba un comino todo, pero
ahora, pueden decirle a mi mamá que mantengo mi casa limpia, digo su clásico “ÓRDEEEEN” y hago sus mismos gestos.
Ahora, siendo consciente de todo esto, sólo toca aceptar que
esto sucede gracias a que ella me crió, me dio su perspectiva del mundo y de cómo
se deben hacer las cosas, y ésta ha quedado muy grabada dentro de mí, me guste
o no, pero también debo tomar en cuenta que mi mamá es un ser humano que para
bien o para mal, se equivoca, y si bien, hay (muchas) cosas que se quedan,
habrá otras que tocará cambiar o desechar.
¿Te pasa lo mismo que a mí? ¿Qué te hizo darte cuenta que te
estabas convirtiendo en tu mamá?
Nos vemos en el próximo post ♥
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