11 diciembre 2017

Lo que nadie te dice al dejar un trabajo


Era sábado por la tarde, comía taquitos con champiñones y salchicha para asar mientras veía el remake de "Dynasty". B entró a la casa y se asustó al verme, acto seguido se sentó a mi lado para ver la serie. A los minutos llegó un mensaje de Q, venía en camino. Los tres terminamos ese sábado cobijados viendo series, y justo ahí supe que todo había valido la pena.

La cosa va más o menos por aquí. Hace aproximadamente tres meses, tal vez seis, después de traer la idea en la cabeza, llegué un viernes a mi trabajo Godín y les dije que ese era mi último día. Hacía un mes que me habían hablado de mi antiguo trabajo, me ofrecían mejores cosas y aunque el factor crecimiento laboral me detenía, decidí dejarlo todo e irme.

Siempre he sido impulsiva, corrijo, MUY IMPULSIVA (sino me creen pregúntenle a HC y a las canas verdes que le saqué), pero lo que la gente no comprende es que mi locura impulsiva se debe a que sino hago las cosas en cuanto las siento, termino postergando todo y me cuelgo el dicho "más vale malo por conocido que bueno por conocer".

—Me tienen hartos todos en el trabajo, tienen un jueguito "%$#$&", parecen @$@$&^@, no puedo creer que le presten tanta importancia a esa @*)$$ —dijo C.
—¡Ah, caray! Nunca te había escuchado decir tanta grosería. —le dije sorprendida, de las dos yo siempre había sido la lepera cochina (como diría mi mamá) —Los trabajos como las relaciones, sino te hacen feliz, déjalos. — le dije mientras le daba un sorbo a mi café.

No sé si será que ando enamorada o que a estas ganas de vomitar las he decidido llamar "estar enamorada", pero últimamente todo lo relaciono con el amor y las relaciones, analogías vienen, analogías van, y de la mano. 

El trabajo como una relación, si ha dejado de hacerte feliz, déjalo, déjalo antes de que comiences a hacer malas caras; si la balanza se inclina más hacia lo negativo, así sea por 10 gramos, déjalo, déjalo antes de que colapses y se te caiga el cabello. Claramente, sé un adulto responsable y no te vayas sin tener algo seguro, mucho menos si eres tu propio sugar daddy (te lo dice alguien que lo ha hecho).

¿Sabes? Nunca es fácil, estamos acostumbrados a creer que debemos durar infinidad de tiempo en algo que no nos hace feliz, por algo llamado "estabilidad", que se termina convirtiendo en conformismo y miedo.

—Se ven bien frescos, muy relajados —nos dijeron a M y a mí cuando tras renunciar decidimos visitar a nuestros antiguos compañeros de trabajo. Era real, estábamos demasiado relajados y felices en nuestra nueva vida laboral. 

No porque seas nuevo en una empresa, porque te falte experiencia laboral, porque te paguen cantidades con varios ceros, debes de aguantar estrés, malos tratos o abusos de cualquier tipo que sea, no está bien, créeme, hay una vida laboral justa, sólo es cuestión de buscar.

La verdad es que no puedo negar que en ocasiones suelo extrañar a mis antiguos compañeros, gracias a mi antiguo trabajo conocí a mi hermoso M y a John Doe (y su carita preciosa), así como gente que armonizó mi vida durante mi horario laboral, pero vamos, cuando algo no te está llevando hacia donde quieres, o más sencillo, cuando te está llevando hacia donde NO quieres, tal vez sea (sólo tal vez porque no tengo la respuesta de la vida) momento de ir actualizando tu currículum.

Nos vemos en el próximo post

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