20 septiembre 2017

Nadie me dijo que ser adulto sería así


Últimamente, he pasado los domingos en un café nuevo de mi ciudad con A y Bob el constructor (ya saben que eso de ser mal tercio se me da muy fácil), por lo general A y yo hablamos sobre moda, mientras Bob el constructor escucha, hasta hace 2 domingos, cuando Q se unió a nosotros y entre una partida de turista mundial y el corazón hecho waffle, caí en cuenta de que ya éramos adultos y que en definitiva, nadie me había dicho que esto sería así.


Que no se me mal entienda, no quiere decir que reclame a los mayores por guardarse lo que sucede después de cierta edad, ya que aunque la vida adulta viene igual pa'todos, no todos la enfrentamos de la misma manera.

—El lunes comienzo con nuevo trabajo, en este sí tendré seguro y prestaciones de ley.— dije mientras lanzaba los dados.
—Son 2,000 tulares, A— dijo Q al darse cuenta de que se había hecho guaje y no le había pagado —  Yo voy a contratar un seguro de vida, no me gusta el servicio del seguro social.
—Yo creo que me voy a casar contigo Gaby, así tendré seguro. —dijo A, mientras elegía una propiedad para hipotecar.
—Es que no se sabe, hace unos días le dije a B que no podía seguir así, que si un día me caía de las escaleras no tenía la menor idea de que haría — entonces caía en cuenta de que estaba teniendo una plática que jamás había esperado, que ya éramos adultos, y que era una afortunada en el juego y desafortunada en el amor.

Después de esa plática, ya nada volvió a ser igual, mucho menos cuando me presenté el lunes muy mona en el trabajo y me dijeron que ya estaba dada de alta en Infonavit y si quería podía tramitar una casa. 

Días después recibí la llamada de mi mejor amiga y mientras se desahogaba tras un pésimo día de trabajo, dijo:

—Como han cambiado las cosas. Parece que fue hace poco cuando nos veíamos seguido y teníamos una vida más simple, creíamos que todo sería genial, un poco ingenuas, tal vez.

Honestamente, no creo que fuese ingenua, sólo creo que viví esa etapa de mi vida justo como debía, sin preocupaciones, disfrutando de no que tener que pensar en cosas de adultos, cosas como:

  • Buscar un trabajo estable.
  • Pagar las deudas.
  • Preocuparme por mi salud.
  • Cuidar lo que como.
  • Aprender de los errores que he cometido en relaciones anteriores y no volver a cometerlos.
  • Limpiar la casa porque ya le hace falta.
  • Agendar tiempo para convivir con la familia.
  • Dejar esos zapatos porque no son una compra prudente.
  • Asignar un día para hacer las compras de la semana.
  • Ahorrar.
  • Preparar comida.
  • Fiestas o reuniones en casa y lo que esto conlleva.
  • Lavar la ropa (pero bien, siguiendo lo que dicen las etiquetas).

Ser adulto nos fácil, menos en esta época (supongo que todos al llegar a la edad adulta han dicho esta frase) millenial, teniendo el ejemplo de nuestros padres, los cuales pareciera que a sus 20's ya tenía la mitad de la vida resuelta, donde era fácil encontrar un trabajo que pagara las deudas y un amor con el cual bailar pegadito, donde ya se tenía planeado hasta el más mínimo detalle o por lo menos eso es lo que he escuchado por ahí.

Se acerca mi cumpleaños número 25, y aunque pudiese parecer que estoy entrando en la crisis de un cuarto de vida, este post es para decirte, keep calm, afloja que no son carreritas.

No digo que nos durmamos en nuestros laureles, simplemente que las cosas funcionan distintos para todos, si bien debemos preocuparnos por salud, trabajo, amor, amistad y familia, en ocasiones no se puede tener todo bajo control, porque las cosas van de a poco, y nadie tiene un manual de vida, todos, sin excepción, van actuando conforme lo que va ocurriendo, toman la decisión que consideran correcta y enfrentan las consecuencias, buenas o malas, y eso es maravilloso, eso nos hace madurar y valorar.

No me puedo quejar por esta vida loca y menos por los estragos de mis decisiones, las cuales han sido en su mayoría irresponsables, pero ahora sí que han sido mías y eso es algo que valoro y atesoro con todo mi ser, porque lo bailado ni quien me lo quite, ni las deudas, ni los amores malagradecidos que han pasado a lo largo de mi corta vida.

Nos vemos en el próximo post



No hay comentarios.

© VENTANA VARIABLE
Maira Gall