CANADÁ| Lo que he aprendido lejos de México

Hoy escribí un mensaje que entre sus líneas llevaba un "aún no tengo fecha de regreso", y nuevamente caí en cuenta que han pasado 3 meses sin estar en tierras mexicanas, y no pude más que sonreir, el viaje de una semana que se convirtió en viaje de un mes, ahora tenía boleto abierto. Nunca creí que esto sucedería, que estaría tan lejos del lugar donde nací.

Una vez leí que de vez en cuando uno debe salir de su mundo, verlo desde afuera y ver si todo está funcionando como así se quería, y pues aquí sigo, creyéndome Julia Roberts en mi intento de "comer, rezar y amar", que ha tenido como base el comer, para muestra mis caderas que no pueden mentir. Siempre había procurado hacer pequeños viajes por el país con base en esa filosfía, y me encantaba, despejar mi mente, conocer otra forma de vida, y volver unas semanas después lista para mi agetreada ciudad; por lo tanto, ya en el aeropuerto, lista para abordar sólo podía sentir emoción, quien iba a decir que este viaje traería más enseñanzas que nunca.

Que como mi México lindo y querido no hay dos.Bien lo dice la canción y no lo dice por decirlo, es verdad, la clase de comida, bedida y tradiciones que tenemos en México, no se pueden encontrar en ninguna otra parte, por más que lo intentemos, si queremos sentir que estamos en México, sin duda alguna, toca volver; cualquier intento de restaurante o fiesta mexicana en país ajeno, simplemente está destinada a traer nostalgia (y decepción). Así que primeramente, este viaje me ha mostrado que mi país (con todo y sus defectos) es único y es maravilloso.

Que mantener una relación a distancia es difícil.El 90% de las personas con las que convivía a diario en Tijuana, simplemente desaparecieron, no ha sido fácil el seguirnos la pista estando tan lejos, su vida continua y ni con el mismo uso horario hemos podido coincidir. Es ilógico esperar que todo siga como siempre, toca adaptarse o dejar ir.

Que sentirse solo es algo bastante relativo.Y esta va junto con pegado con la anterior.

—Prima, a veces uno se siente solo estando rodeado de su gente. —me dijo mi prima al decirle que no podía evitar el sentirme muy sola lejos de México. 

Entonces entendí que tenía razón, muchas veces llegué a sentirme sola rodeada de gente con mi mismo idioma, creencias, incluso rodeada de mis seres queridos. Y agregándole un extra, esto me hizo ser valiente, "morderme una chichi" como diría mi santo padre, y seguir adelante.

Que mientras siga pensando en lo que está lejos, no podré disfrutar de lo que tengo conmigo.Aunque no la primera, la principal. La añoranza no nos permite mirar hacia adelante, y descubrir lo maravilloso de un nuevo mundo, y no se trata de olvidarte de todo, sino de estar abierto a conocer nueva gente, nueva comida, nuevas tradiciones y hasta volverlas tuyas, para así terminar siendo una persona pluricultural.

Que tomar la decisión de irme del país "por un tiempo" ha sido una de las mejores decisiones que he tomado.
Tenía miedo, me negué a la idea de este viaje durante mucho tiempo, ¿quién deja su país y las comodidades qué este le proporciona así como así y sin tener nada seguro? No muchos, pero sí sé que la mayoría de las personas han pensado en simplemente dejar todo y aventurarse a tierra nueva y vida nueva. Así que no, no me arrepiento, y sí, esto es por mí y por todos los que quisieran hacerlo.

—Échale ganas, morra. Cree en ti, enfócate. Ya quisiera estar en tu lugar.—dijo E en nuestra llamada semanal.

Si tú te encuentras lejos de México que como diría mi hermoso Luis Miguel, México se lleva en la piel.
¿Has estado lejos de tu país? ¿Qué has aprendido?

Nos vemos en el próximo post. ♥