25 septiembre 2018

¿Cuándo me volví solterona?

Hace unos días, tras un comentario bobo en una de mis redes sociales, me dijeron solterora (por primera vez), y no sé ustedes, pero yo no me había dado cuenta de que ya entraba en esa categoría, tal vez porque que en ningún registro he tenido que palomear la opción "solterona".

—Es que la gente no entiende la diferencia entre ser soltero porque no se ha encontrado a alguien y ser soltero porque así se quiere. —me dijo mi hermana.

Tras reírme y contestar con un "solterona para toda la vida", comencé a pensar en si era verdad (ya saben como soy), no en si era soltera, solterona o quedada, sino en si las personas de mi alrededor me veían de esa manera, como una solterona, pero sobre todo, como una mujer que anda por la vida urgida por ya estar en pareja.

Pero profundicemos un poco...

¿Que si soy una cursi, una enamorada de la idea del amor, que me encanta besar despacio, entregarme en cuerpo, alma y mente, decir te amo como si no hubiese mañana y creer que no hay ser más perfecto que el que toma mi mano? Es verdad, totalmente culpable.

¿Que si he dicho que en este punto de mi vida no siento la necesidad de andar saltando de cama en cama y probando bocas de todos colores y sabores, porque si decido involucrarme con alguien es porque quiero una relación seria? Sí, también soy bien culpable.

Pero de eso a decir que en este preciso momento quiero estar con alguien por el resto de mi vida (escalofríos) pues como que no, aunque a veces mi reloj biológico hace que no piense con la cabeza fría, totalmente cuerda puedo decirles que apenas y a penas puedo estar casada sin papeles.

—Gaby, si tú en realidad quisieras eso, ya lo hubieras hecho, eres una persona que cuando se propone algo, simplemente lo hace. —dijo mi mejor amiga tras cuestionarla sobre preguntas existenciales sobre mi vida.

Últimamente, he visto que la mayoría de mis excompañeras de preparatoria y secundaria se están casando y/o teniendo hijos, y, la verdad, pues que bonito, la boda, el vestido, el baby shower y esa nueva fiesta anunciando que sexo es el bebé, que rico tanta comida, fiesta y barullo, pero sobre todo que bonito tomar la decisión de hacer lo que uno quiera sin que nadie tenga ningún comentario negativo. Porque todo ese patrón de vida, novia, esposa, madre es porque así se desea, ¿verdad?

Por otro lado, están mis amigas, Q y E, las personas con las que casi desayunaba, comía y cenaba en Tijuana, lo último que piensan es en casarse, no porque menosprecien la idea romántica del amor, sino porque priorizan su vida de diferente manera; claro que una que otra vez hablamos de estar  en pareja, de bodas y matrimonio (que no es lo mismo); pero también de viajar, del trabajo de nuestros sueños, de lo mucho que valoramos nuestra independencia, y de todo lo que nos falta por vivir como mujeres solteras.

Como siempre he pensado, no está mal el querer vivir una vida desenfrenada y vagar solitario por el mundo, mucho menos el querer estar casado a los 21 para volverse ama de casa, cada quien aporta su granito de arena en este mundo con la labor que elija, repito, elija, ahora en mayúsculas, ELIJA vivir.

Cada cosa llega cuando y como tiene que llegar, y sobre todo, cuando uno en verdad lo desea, y sí tomar la decisión de andar de soltera, solterona o quedada es lo que te hace feliz, pues al carajo lo que piensen los demás, esto no es una carrera, ni hay necesidad de llenar una banda de cosas cumplidas como scout, tú sólo preocupate por el día de hoy y recuerda que las etiquetas son para la ropa.

Nos vemos en el próximo post.

No hay comentarios.

© VENTANA VARIABLE
Maira Gall