15 enero 2019

¿Ya es 2019? ¡Avísenme!



Fue a inicios del mes de diciembre del año pasado cuando comencé a escribir este post, el cual, como todos los años, sería titulado "adiós (año del que me despedía)", pero entre las fechas festivas, la redirección de este blog, y mucha comida para ver XFiles, este post, este blog, quedó en el olvido, cayendo en cuenta, hace unos días, que ya era 2019.

El año 2018 fue un año de adulto en mi vida, uno lleno de tomas de decisiones que se vuelven definitivas en la vida, no todas fueron asertivas y han dejado consecuencias, que, como adulto, toca enfrentar, que en sí, es el aceptar que la regaste, que no hay un vuelta atrás, sino un partir desde ahí.

2018 fue, lo que considero, un año detox, que para llegar a ese punto, tocó caer hasta lo más profundo y así darme cuenta que no podía seguir intentando controlando algo que ya no tenía control, y como siempre he creído, tocaba salirme de mi vida para analizar lo que estaba sucediendo, si quería seguir en ello y quién quería que me acompañara, la única forma de poder hacer esa introspección fue alejándome de todo y todos, soltando, aka Canadá.

Ese viaje estaba planeado con un objetivo muy claro, en el cual puse todas mis esperanzas. Para poder llevarlo a cabo, tuve que dejar uno de los trabajos con los que más he estado comprometida y cerrarme las puertas, endeudarme hasta más no poder y terminar con amistades que creí que serían para el resto de mi vida.

¿Qué si encontré lo que andaba buscando? No, todos tenían razón. Sí era como creí, sin embargo no estaba destinado para mí, pero como cuando apuestas todo a algo, uno nunca se va con las manos vacías.

En este viaje, que me gusta llamar mi intento de “comer, rezar, amar”, conocí, viví y me enamoré de un estilo de vida diferente al que había vivido durante mucho tiempo, volviendo esos 6 un tiempo de constante aprendizaje.

Para empezar, tocó enfrentarme sola a la vida, en un país que no conocía, con un idioma que no masticaba tan bien, y digo sola porque aunque JD estaba conmigo, los primeros meses los dos tuvimos que sobrevivir por nuestra cuenta, adaptarnos y estar en sintonía, para darnos cuenta que como equipo podemos lograr más, lo cual conllevó a aprender a delegar, razonar y pedir ayuda, haciéndome crecer tanto en lo personal como en pareja. Aprendí lo que es tener una pareja, ser pareja, vivir en pareja, ya saben, tener un “título” conlleva con una gran responsabilidad.

Comenzar sin nada, así como en Pubg e irme haciendo de las cosas esenciales para vivir, repito, esenciales, tornando mi vida más ligera y relajada, desde la parte física (adiós al privarme de comer cosas ricas y engordadoras) hasta la parte interior (adiós a ser needy con las personas de mi alrededor)

Volví a México hace aproximadamente dos meses y me ha costado horrores y errores el adaptarme, todos los días extraño mi vida campirana y sueño con volver, pero si bien este momento no es el momento, sé que pronto lo será, no pierdo la fe con todo y las tres “d” que nunca imaginé, deudas, desempleo y de vuelta en casa de mi mamá.

Y aunque me ha costado asimilar el cierre de este ciclo, he caído en cuenta de que es necesario, que aunque el año no fue como esperaba, yo decido que cara darle a lo que ocurre en mi vida, yo decido  analizar, cuestionar, aprender, admitir cuando la riego, remediar lo dañado, y cuando sea necesario, dejar todo por la paz, porque cada caída, cada conclusión (ya sea de año, de mes, de relación, de trabajo, etc) es un apoyo para volver a empezar, porque el fin de algo, simboliza el inicio de otra cosa, y aunque no lo vea al instante, siempre, siempre viene algo mejor.

Te deseo, que sin importar que ya vamos bien avanzados del primer mes del año, pongas fin e inicios lo que sea que no has hecho, arriésgate, no te quedes, no te pongas metas absurdas, trabaja en ti, al carajo las apariencias, al carajo ese trabajo que no te da el aumento que mereces, al carajo la dieta que te hace marearte, al carajo el odio hacia cualquier parte de tu cuerpo, al carajo el confort, bienvenido el empezar de cero (las veces que sea necesario), pintarte el cabello del color que todos te dicen que no es para ti, iniciar una relación, estar soltera, tener un hijo (o no), dejar de ser duro con uno mismo, emprender, aprender algo nuevo, intentar y reintentar, a ser un apoyo, a todo lo positivo.

¡Mis mejores deseos en cualquier fin e inicio de ciclo que tengas!

Nos vemos en el próximo post. 


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