08 marzo 2019

Tlaxcala, tierra de...


Año con año, mi mamá viaja a Tlaxcala, y año con año nos invita (a mí y mis hermanos) a viajar al lugar de la tortilla de maíz, y año con año, decimos que no, las razones infinitas (y tan variables como yo). Creo que al igual que muchos, creíamos que no había razones para ir al estado más chico del país, pero a veces uno se queda sin pretextos...

Pensar en Tlaxcala, es pensar en un estado lleno de peligro, donde si se quiere vivir una vida tranquila es mejor no poner un pie ahí, pero vamos, la gente se asusta al decir Tijuana, Durango, Sinaloa, probablemente con todos los estados de la República Mexicana, y aunque no es para menos, el vivir con miedo nunca será una forma de vida.
"Tlaxcala es un lugar tranquilo, es muy bonito, sí tenemos nuestro granito en el arroz que es Tenancingo, pero no todos somos como ese pueblo. Somos familias artesanas, nos dedicamos al comercio, somos personas trabajadoras"
—Tlaxcalteca, 42 años, comerciante.
Con todo y sus primeras escaleras eléctricas, lo cual sólo es un indicio de un lugar en ascenso, los tlaxcaltecas se siente muy orgullosos de formar parte de este estado, saben que nunca serán Guadalajara o una CDMX, pero sobre todo, que no quieren serlo, que quieren levantar el nombre de Tlaxcala y mostrar todo lo que tiene, tradiciones, cultura, moda, arte, colores y sabores únicos e inigualables, como todo lugar en el mundo.


Viajé a Tlaxcala en época de carnaval, mucho me hablaron de ello, pero al ser un híbrido fronterizo, nacida en una ciudad tan joven, es difícil entender como hay personas dispuestas a bailarse durante horas con vestuarios pesados que se llevan el salario de un mes completo, por el simple amor de mantener viva una tradición de más de 500 años.

Sus orígenes se remontan hasta el siglo XVII, cuando los hacendados de la región organizaban esplendorosas fiestas en las que se negaba el acceso a la clase indígena.

Ante esa negativa, los grupos marginados comenzaron a organizar danzas y bailes tradicionales en las principales plazas públicas de la ciudad, siempre haciendo ironía y burlándose de aquellas fiestas en las que se les impedía participar.

Así es como vio la luz una de las festividades más importantes de nuestros tiempos. Y es que en la actualidad, el Carnaval de Tlaxcala es distinguido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la entidad.


Pero ahora lo entiendo, y no me toca más que sentir un poquito de envidia ante un estado que se aferra a sus raíces indígenas, ya sea conmemorádolo con sus platillos típicos, agrengando moda a años de técnicas textiles artesanales o el uso cotidiano de palabras en náhuatl.

Hablando de cosas serias...
La verdad es que es una ciudad muy económica, no tengo conocimiento del hospedaje, pero sí de comida, transporte y artesanías.

El transporte público, la combi, tiene un costo de 7 pesos mexicanos, éste recorre distancias muy largas y te lleva por todo el estado de Tlaxcala, así que vale la pena aprenderse nombres de lugar y preguntar.

La comida, es exageradamente económica, llegué a pagar 18 pesos mexicanos por un café americano (en Tijuana tiene un promedio de 25 a 30 pesos mexicanos, dependiendo el lugar); una torta de tamal en 12 pesos mexicanos, hot dogs con tocino en 20 pesos; si compras comida y cocinas en casa sale mucho más barato, un kilo de naranjas tiene un costo de 5 pesos mexicanos.

Las artesanías, específicamente las artesanías textileras, varían entre 15 pesos mexicanos por una servilleta para cubrir tortillas hasta 170 pesos mexicanos por un reboso de 2 metros.


Considero que 3 días de viaje resultan ideales, si hablamos de estar en el centro de Tlaxcala y en algunos pueblos en época de carnaval, pero cabe mencionar que en el estado se cuentan con áreas naturales para conocer, como el volcán La Malinche y el Santuario de las Luciérnagas.

¿Alguna vez has viajado a Tlaxcala? ¿Qué te pareció?
Nos vemos en el próximo post. 

2 comentarios

Bibiana B dijo...

Ay <3 fui testigo de tu viaje por tu insta y la verdad me dieron ganas de seguir conociendo mi México lindo y querido.

No he podido visitar Tlaxcala pero estoy segura que en un futuro cercano voy a darme una vuelta.

Ventana Variable dijo...

Creo que es un lugar que disfrutarías mucho, y dónde escribirías sin parar. Es muy tranquilo y con cero preocupaciones.

© VENTANA VARIABLE
Maira Gall