11 abril 2019

Nos dan alas y luego nos las quieren cortar


Era martes por la mañana y como cada vez que terminaba con mis 5 minutos de fama, compartía una taza de café despertador con Y, nos poníamos al corriente, hablábamos de amor, de sueños, de metas, de todo lo que nos ilusiona, emociona y nos hace crecer.

—Y le dijo "¿quieres quedarte soltera como tu tía?" — me contó sintiendo pena por un comentario tan sinsentido y trivial.
—Es triste que existan personas que sigan pensando de esa manera, sobre todo mujeres, ¿de cuánto no se habrán privado por sus propios prejuicios?
—Es que ella es de otra generación, afortunadamente a ti ya no te tocó esa clase de cosas, y yo estoy entre el punto medio entre su generación y la tuya.

Entonces comencé a preguntarme si esto era cierto, si al pertenecer a una nueva generación uno está exento, y fue justo ahí donde comenzó la introspección.

Crecí en una familia donde siempre se me dijo que no debía quedarme callada ante injusticias, que podía ser lo que quisiera, que yo tenía alas, que podía ser libre y que no había nada que no pudiera ser o hacer, y sobre todo, que no necesitaba a nadie para ello (románticamente hablando), y yo me lo creí.

—Abue, cuando sea grande me voy a comprar un carro con dos asientos, uno para mí y otro para mi bolsa— le dije a mi abuela paterna por ahí de mis 8 años.
— ¿Y tu novio? —preguntó mi abuela siguiéndome el juego.
—Que se vaya en su carro.

Después, como una cadena de flashazos, vino a mi mente Mujeres de Ojos Grandes, con sus historias tan llenas de realidades que las mujeres han vivido, viven, y, que a como pintan las cosas, seguirán viviendo.

—Ya no te pelees con los hombres, Cristina —dijo su madre—¿Quién va a ver por ti cuando me muera?
 —Yo, mamá, no te preocupes. Yo voy a ver por mí.
 Mujeres de ojos grandes. Ángeles Mastretta.

Y  es que esta es una preocupación que le preocupa (valga la redundancia) a todo el mundo menos a quien debería, a uno. No importa que estés haciendo de tu vida, no importa lo exitosa que seas en tu carrera, la armonía y paz interior que hay en ti, los lugares que has visitado y demás, la gente sigue viendo como locas e inestables a las mujeres que no rinden cuentas a nadie, que no dedican su vida a encontrar a ese alguien, o que no le dan lugar entre sus prioridades, que viven su vida tal y como les enseñaron: libres. Aún sigue muy arraigada la idea de que sino se está en pareja uno no es feliz o es un ser incompleto, y ni hablar del "sino tiene novio, seguro es bien palera".

Al parecer una llega a cierta edad, donde el estar en pareja se vuelve el escudo protector que debemos tener si queremos seguir avanzando sin miradas de lástima sobre nuestros logros, que claro, esto servirá por un rato, porque después vendrá el siguiente cuestionamiento:
"¿Y el anillo pa'cuándo?"

—Todo se vuelve más fácil, como que la gente deja de cuestionarte. — dijo una de mis amigas cuando le preguntaba sobre como se sentía tras su recién compromiso.

Más dudas llegaron a mi cabeza.
¿Cuál es el verdadero significado del matrimonio, de estar en pareja en sí? ¿Acaso llega en una cierta edad en que sólo buscamos es callar las voces que nos acechan? ¿El matrimonio sigue siendo la escapada de una cárcel a otra?

Ojo, no digo que no exista el amor entre las parejas que vemos, mucho menos quiero sonar como una hipócrita emparejada, sólo mostrar lo vulnerable que se vuelve una mujer cuando decide volar como se le enseñó, y sobre todo reconocer que lo más lamentable, es que todos estos juicios suelen venir justo de las personas que nos enseñaron a ser libres, nuestras familias, lo cual sólo me hace pensar en la siguiente frase:
Tú me cuidas de todo y de todos, pero ¿quién me cuida de ti?
Ante todo esto, sólo puedo decirles:
Sigan haciendo cosas bien chingonas, sean libres, defiendan su punto de vista, no están locas, no son locas.
El no seguir con patrones establecidos no significa que lo estén haciendo mal, sino que son lo suficientemente inteligentes como para tomar sus propias decisiones.
Sigan viajando, yéndose a otros lugares a estudiar, comiendo comidas bien ricas y garnacheras, saliendo con quien o quienes elijan, vistan como quieran. Si han llegado hasta donde están es por sus propios méritos, porque lo han intentado, han fallado, lo han vuelto intentar y están construyendo su propio imperio. Recuerden: Nada hecho con base en el amor es malo.

Nos vemos en el próximo post. 




No hay comentarios.

© VENTANA VARIABLE
Maira Gall